El contenido orbitario se encuentra organizado por estructuras que actúan a modo de tabiques, que la compartimentalizan. Son: (1) el periostio, que se adhiere a la pared ósea de la órbita, (2) los músculos rectos, que van desde el vértice de la órbita hacia el ojo y se encuentran unidos por proyecciones fibrosas, de manera que forman una pirámide o cono muscular, (3) el septum orbitario, que va del periostio al cono muscular y separa el contenido orbitario del espacio subcutáneo y (4) una cápsula fibrosa que rodea al ojo desde detrás del limbo hasta el nervio óptico y se llama cápsula de Tenon.
Así el contenido orbitario es dividido en espacios o compartimentos, que tienen importancia quirúrgica. Desde fuera hacia adentro de la órbita son:
Espacio subperióstico o periórbita. El periostio esta bien adherido al hueso en el reborde orbitario, en el borde de las fisuras y en el vértice, pero en las paredes la adherencia es más laxa, configurándose el espacio subperióstico, que es un acceso quirúrgico importante.
Espacio periférico o extraconal. Sus límites son el periostio por fuera, el cono muscular por dentro y el septum orbitario por delante. El septum orbitario constituye una barrera que separa las estructuras orbitarias de las extraorbitarias y previene la propagación de una infección preseptal a la órbita.
Espacio intracónico. También llamado espacio quirúrgico central. Está limitado por los músculos rectos y las membranas que los unen y la cápsula de Tenon. Contiene el nervio óptico y grasa intraconal.
Espacio subtenoniano. Es aquel ubicado entre la cápsula de Tenon y la esclera.